Ir a la playa y no broncearse lo suficiente como para que los demás se den cuenta de que estuvimos en la playa es, para muchos, inconcebible. Otros se exponen de manera voluntaria durante largos minutos al sol para lograr un bronceado muy parecido al de las estrellas de Hollywood.
Sin embargo, la mayoría ignora las terribles consecuencias que puede acarrear en la salud un bronceado excesivo.
El bonito color en la piel que permanecerá por algunos días no es recompensa suficiente para enfrentar la aparición de arrugas y manchas prematuras o, peor aún, un cáncer de piel.
Cuando se expone la piel en repetidas ocasiones al sol, manchas café pueden aparecer; regularmente aparecen en zonas que han sufrido quemaduras en más de una ocasión. Estas manchas requieren vigilancia de por vida, pues es un punto propenso al cáncer de piel.
Además, ¿sabías que desde el punto de vista estético, los superbronceados hace tiempo que ya no están a la moda?
Pero si eres de los que igual prefieren un tono dorado en su piel, puedes conseguirlo sin ni siquiera tener que ir a la playa o someterte al bronceado artificial. Puedes tomar baños de sol si sales de paseo al parque o a cualquier otro ambiente de espacio abierto.
Evita ponerte al sol de 12 a 5 de la tarde, que es cuando los rayos ultravioletas son más intensos y perjudiciales. Usa bloqueador solar; esto no va a evitar que te broncees, pero sí que se dañe tu piel. Después de bañarte en el mar, báñate con agua dulce, pues el agua de mar funciona como pequeñas lupas que pueden quemar tu piel.
Día mundial del bikini, aquí.